
SexMed
Dr. Gerardo Giménez Ramirez
Hace casi 30 años se viene impartiendo en nuestro
país como postgrado y hace 25 que fue reconocida
como especialidad. La Sexología Médica es
la rama de la medicina que estudia el sexo y su proceso
de diferenciación, y la función sexual y su
proceso de activación tanto en sus aspectos sanos
y fisiológicos como en sus alteraciones, patologías
o anormalidades. Al hacer un análisis de la definición,
se evidencia el amplio espectro de esta ciencia.
Se entiende por Sexo las características orgánicas
(específicamente, los órganos sexuales o genitales)
que nos diferencian como varón y hembra. Esas estructuras
corporales se desarrollan a partir de la carga genética
que recibimos de las células sexuales de nuestros
progenitores (cromosomas X - Y) y de la influencia de las
hormonas que se producen durante todo ese proceso. Algún
defecto en cualquiera de esos aspectos puede determinar
anomalías o desórdenes clínicamente
descritos, así como la existencia de alguna circunstancia
o padecimiento de enfermedades durante el embarazo. Se incluyen
en este aparte anomalías en vasos sanguíneos,
nervios, y músculos del piso de la pelvis, así
como los estados intersexuales (hermafroditismos, pseudohermafroditismo,
feminización testicular). Pueden evidenciarse desde
el nacimiento y se podrían predecir sus dificultades
sexuales, médicas y sociales futuras.
Toda estructura orgánica cumple una función
que le es propia, es decir, un conjunto de actividades que
le caracterizan.
La Función Sexual, entendida como el conjunto de
actividades propias del sexo, es resultado del proceso de
activación que se origina cuando se pone en funcionamiento
la unidad situación/estímulo sexual –
(tiempo de funcionamiento sexual) respuesta sexual. En sí,
todo evento externo que provoque cambios internos en el
organismo, lo realiza a través de la liberación
de sustancias en los órganos que se involucran en
una respuesta en particular. En este caso, sería
la respuesta sexual – conocida también como
ciclo sexual – descrita en los 1960’s por el
Dr. Williams Masters y la Psic. Virginia Johnson a través
de un trabajo observacional extensivo y muy completo que
marcó pauta en la apertura a la sexualidad humana.
Entonces, una situación o estímulo de tipo
sexual desencadena una respuesta sexual.
Atendiendo a que nuestra conducta está regida por
un proceso de aprendizaje e influencia sociocultural (filosofía,
moral, religión, idiosincrasia, familia, etc) desde
nuestro nacimiento, se puede responder en forma total o
parcial, o no responder. Hay que sumar las dificultades
inherentes al individuo (rasgos o trastornos de personalidad,
inhabilidades sociales, experiencias sexuales) y las que
le pueden proporcionar la interacción con otras personas
a través de una relación de pareja estable
o con intenciones meramente sexuales. Esto lleva a diferenciar
entre Disfunciones Sexuales Individuales y en Pareja, así
como las Parafilias (conocidas anteriormente como desviaciones
sexuales)
El tiempo transcurrido desde el momento en que se presenta
la situación o estímulo sexual hasta que termina
la respuesta sexual, se ha denominado Tiempo de Funcionamiento
Sexual. Su brevedad o alargamiento pueden causar malestar,
displacer, y hasta distress, en forma individual y de pareja,
configurando trastornos sexológicos específicos
y delimitados.
La necesidad de activarse sexualmente en el tiempo determina
el Deseo Sexual y, en buena parte la Frecuencia Sexual.
Sus bemoles extremos – faltas o excesos – requieren
ser determinados para diagnosticar los desórdenes
caracterizados para este aspecto de la sexualidad humana.
El enfoque de las Disfunciones Sexuales debe ser integral
con la finalidad de poder emitirse el diagnóstico
preciso en base a la entrevista con el paciente, su pareja
y/o sus familiares, los resultados de instrumentos evaluadores
(tests, escalas, inventarios, etc) y exámenes clínicos
y paraclínicos, pruebas farmacológicas, y
evaluaciones adicionales por otros especialistas de la medicina
y la salud mental.
Los últimos avances en medicina y en la sociedad
han permitido poner en la palestra todo aquello que nunca
se hablaba, de lo que no había estadísticas
– o estas estaban sesgadas por el pudor, la vergüenza
y el temor -, como lo son estos trastornos sexológicos
y, sobre todo, al aporte de tratamientos novedosos y efectivos
en conjunto con la terapia sexual rehabilitadora. Se ha
exaltado a la Sexología Médica como una verdadera
y necesaria especialidad médica, en relación
con todas las otras especialidades, y con otras profesiones
(especialmente pedagogía y sociología).